Es una rama muy específica de la psicología, que trabaja las alteraciones cutáneas que afectan a nuestras emociones, como las alteraciones de la mente que alteran nuestra piel, existiendo una comunicación bidireccional entre ellas.
Día a día los especialistas en dermatología ven alteraciones en la piel, sin encontrar motivos médicos.
Como ya se decía en la mitología griega existe una conexión entre cuerpo y alma, dícese “todo en uno”, en este caso, la piel la vemos y el alma se intuye.
En muchos momentos de nuestra vida nuestras emociones buscan un lugar en la superficie, llamada piel, pudiendo expulsar nuestras alteraciones emocionales en nuestro exterior del cuerpo.
Los médicos especialistas en la piel, llamados dermatólogos, deducen que en el paciente que tienen en consulta está presente una alteración emocional cuando:
-Los resultados de los tratamientos farmacológicos indicados por el médico no son los esperados.
-Las mejorías y recaídas están unidas con etapas de diferente estado de ánimo.
-Incapacidad por parte del paciente de reconocer cuando hay mejorías en el estado de la piel.
-Dificultad de seguir los tratamientos requeridos y sus diferentes fases.
–Consultas constantes de forma obsesiva sobre una misma patología.
La relación entre la piel y la psique es recíproca, es decir, un paciente con niveles de ansiedad o depresión puede verse como la precursora o empeoramiento de su patología cutánea, y esta misma a la vez, incrementar el estado de ánimo negativo al ver como esa manifestación externa no se reduce.
Actualmente se considera la depresión como la patología que más va unida a las patologías cutáneas.
Ante los últimos estudios y estadísticas se recomienda trabajar la raíz de la patología de la piel, si en ella se considera que hay un factor psicológico que lo desencadene o perjudique. Como psicóloga de la piel en Zaragoza puedo ayudarte a llegar al núcleo del problema y mejorar así tu calidad de vida.
